31 agosto 2024

El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson

Leer una novela cuyo argumento todos conocen hasta la saciedad y que el cine ha sabido encontrar diversas variantes ingeniosas y hasta cómicas corre el riesgo de caerse de las manos de aburrimiento.

Este no es el caso. Las escenas tienen tanto claro oscuro como movimiento y no deja pestañar al lector. En definitiva, un deleite si está bien escrita. Este es el caso.

Imagino el impacto en los primero lectores.

Los dos último capítulos son largas explicaciones entendibles para la época.

Stevenson, Robert Louis. El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde (NY, 1886). Ediciones Altaya S.A., Barcelona, 1993

Agosto de Rubem Fonseca

《Agosto》de Rubem Fonseca tiene como telón de fondo al Brasil de 1954. Inicia poco antes del asesinato del mayor FAB (cuya investigación policial va llegando poco a poco hasta el mismo centro del Poder) y termina con el suicidio del presidente Getulio Vargas; todo ello en medio de grandes escándalos de corrupción y rumores de golpe de Estado.

Aunque las FF.AA. están divididas, el Ejército le expresa que resguardará y defenderá las instituciones.

Al presidente Getulio Vargas le parecen ambiguas las garantías del Alto Mando:
—La presidencia de la República es una institución democrática. ¿El Ejército piensa en ella cuando habla de resguardar y defender las instituciones?
El emisario duda:
—El Alto Mando no hizo precisiones.

Novela histórica, política, policial, que se permite incluir personajes de ficción vívidos en un relato trepidante.
Por estos días, ha sobrepasado con creces a Netflix y demás plataformas.

Fonseca, Rubem. Agosto. Editorial Cal y Arena, México, 1993

13 julio 2024

El deportado: biografía de Eudocio Ravines

Vidaurre contra Vidaurre era una expresión universitaria para referirse a las personas que se contradicen. La connotación negativa que llevaba a mí me generaba interés. Por alguna razón, ya entonces me llamaba la atención esas personas que se refutan a sí mismas.

Ese es, precisamente, el caso de Eudocio Ravines (1897-1979), que escribió con Víctor Raúl Haya de la Torre «¿Qué es el APRA?» en sus horas fundacionales. Luego, pasó a ser el delfín de José Carlos Mariátegui, sin que el Amauta sospechara que la independencia de su Partido Socialista, por el que tanto había luchado, a su fallecimiento caería rápidamente bajo la influencia stanilista, conviriténdose en Partido Comunista, nada más y nada menos que a manos de quien había designado como su sucesor. El régimen soviético comprendió que el joven Ravines era un instrumento útil para la expansión del comunismo en América Latina y le encargó tareas que cumplió cabalmente, como también lo hizo en la guerra civil española. No obstante, las rencillas internas de la organización internacional terminó en un maltrato que alcanzó a su familia. Fue más eso, que la hambruna rusa y las serias falencias de la dictadura del proletariado, lo que condujo a su decepción y, luego, deserción. De todas maneras, desligarse no fue fácil,. Lo cierto es que terminó conviriténdose en anti-comunista, manteniendo, por igual, su anti-aprismo (aunque esto último hasta reconciliarse con Haya de la Torre).

A pesar de haber participado en gran parte de la vida política nacional del siglo XX, hoy es un personaje casi desconocido. Solo recientemente ha surgido interés por él, gracias a «El camarada Jorge y el Dragón», novela de Rafael Dumett que relata su vida (sospecho, hasta la campaña de expansión comunista en Chile, en la trilogía prometida), y la segunda edición de El deportado, editorial Ediciones B; ambas del 2023.

Este súbito resurgimiento de su figura ha llevado a algunos a idealizarlo. Su arrepentimiento de las posiciones izquierdistas y abrazo converso a las ideas del libre mercado ha llevado a algunos a llamarlo liberal. A mi me parece, más bien, alguien que ahora se llamaría neo-liberal (es decir, su apego a la libertad económica sobre la libertad política). Una dictadura de derecha no le hubiera molestado (tal vez porque considerare que el ataque comunista encontraba presa fácil a la endeble democracia).

Fue deportado por todos los gobiernos, con excepción del presidido por el arquitecto Belaunde, primer mandato. Su último destierro lo ordenó el general Juan Velasco Alvarado, de orientación izquierdista, derrrocado posteriormente por el general Francisco Morales Bermúdez, quien, con miras al retorno de la democracia, fue permitiendo el regreso de los expatriados. Eudocio Ravines no estaba en la agenda. Aún octogenario y enfermo era de preocupación. Murió en México, 1979. Un auto lo atropelló al cruzar la calle. No hubo nadie que acusara el complot comunista para asesinarlo, algo que él, sin ninguna prueba, lo hubiera hecho de manera exarcebada.

Luego vino el olvido. Arturo Salazar Larraín, que durante buen tiempo sospechó de su conversión, escribió con motivo de su muerte: «No quiero sumarme a la infamia del silenciamiento» (p. 214). Pero nadie tenía interés en recordarlo. Ha tenido que transcurrir casi medio siglo para que su nombre vuelva sonar.

Si hay una crítica que debo hacer a esta interesante e imperdible biografía es que, dentro del libro, no se refleja vívidamente el comentario que el autor sabe recoger de Enrique Chirinos Soto con motivo de la última deportación: «Con Ravines ocurre que, cada vez que en nuestro país se eclipsa la democracia, le toca figuarar entre los primeros que marchan al exilio. Cuando se restauran las libertades públicas, Ravines vuelve. Apenas está de vuelta, se dedica con tal ímpetu, con tal furia, con tal apasionamiento al ejercicio de estas mismas libertades, que prepara o ayuda a preparar, queriéndolo o sin querer, consciente o inconscientemente, el asesinato de la propia democracia. Asesinada la democracia, Ravines paga los platos rotos. Es una especie de justicia poética» (p. 199).

Pietro Celi, Federico. El deportado: biografía de Eudocio Ravines. Editorial Andina, Lima, 1979 (primera edición).

03 febrero 2024

La máquina de matar. Biografía definitiva del Che Guevara por Nicolás Márquez

Escrita con motivo del medio siglo de la muerte de Ernesto Guevara de la Serna, constituye el tercer acercamiento del autor al Che. El sello "biografía definitiva" nos advierte que será su último asedio al guerrillero. Y tal vez lo sea, tanto por saturación temática (esa abominación se traslada al lector) como lo vasto de la empresa (pues parece haber cubierto todos los ángulos de la vida, pensamiento y obra de su compatriota).

El título del libro es una frase del propio Guevara.

Nicolás Márquez es un revisionista excepcional. Utiliza las propias palabras del biografiado y sus hagiógrafos para darnos otra perspectiva (una más cruda y demoledora). Pocas veces se encuentran excesos (esto es, una interpretación que no encaja con el contexto o que puede merecer otro entendimiento), pero, aun así, no hay trampa o engaños.

Mantiene al lector en vilo con un hábil manejo de lo suscesos públicos, privados e íntimos. 

En suma: El Che desmitificado.

Este es el tercer libro que leo de Márquez, todos sobre Argentina. Entiendo que ahora está apuntando a Chile y que ha escrito sobre Allende y planea otro sobre Pinochet.

Márquez Nicolás. La máquina de matar. Biografía definitiva del Che Guevara. Madrid, Unión Editorial, 2020

05 febrero 2023

Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento

Uno de los versos que más me gustan es Romanos 12:1, que se refiere al «culto racional» (expresión utilizada por RVR 1960 y NBLA 2019). Aunque me parece que nunca es mencionado, ¡vaya que el libro de Raúl Zaldívar parte de esta premisa!

Desde el inicio rompe el esquema tradicional y se mantiene así hasta el final, donde se puede leer:

"Lo que sí debe quedar suficientemente claro es que no existe misticismo en la Biblia y que sus redactores usaron sus criterios para hacer la heurística y luego la redacción de sus escritos. Fue la Iglesia, posteriormente, la que tuvo que analizar y valorar dichos escritos para considerarlos dentro o fuera del canon bíblico." (Anexo 2, p.190)

Pero a continuación añade:

"De esta manera dejar sentado que los libros canónicos tanto del AT como del NT son el resultado de un trabajo de redacción minucioso e inteligente donde el elemento humano juega un papel importante y que, en ningún momento, demerita el carácter sagrado que puede tener un libro." (Anexo 3, p.191)

El caso paradigmático es el Evangelio de Lucas 1:1-4 (NBLA 2019):

"(1) Por cuanto muchos han tratado de poner en orden y escribir una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas, (2) tal como nos las dieron a conocer los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, (3) también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el principio, escribírtelas ordenadamente, excelentísimo Teófilo, (4) para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas."

Y esta actitud racional de Lucas no resta un ápice al carácter inspirado del evangelio.

Este enfoque es saludable. Sin embargo, de él no puede desprenderse que nunca haya habido estados de misticismo porque, simple y llanamente, Dios es soberano.

Terminado de leer el 05.02.2023, altamente recomendable.

Zaldívar, Raúl. Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento, Barcelona, Editorial CLIE, 2020

08 diciembre 2022

De parte de Dios y delante de Dios

Como dice el subtítulo: Una guía de predicación expositiva. Un manual para para preparar sermones y exponerlos de manera eficaz, siempre teniendo como base que la predicación está sujeta a la Palabra.

Después de leerlo, me doy cuenta el gran esfuerzo que ponen los pastores en llevar el mensaje de Dios cada domingo.

Pero el libro, por sí mismo, es una lección para cada creyente, sobre todo cuando aborda ese estrecho camino flanqueado entre el legalismo (tan seductor) y el antinomismo o, utilizando la metáfora homérica, entre Escila y Caribdis (p. 122-124). Retoma la idea de manera brillante cuando compara la actitud de Ulises y de Jason frente al canto de sirenas. El primero sobrevive, pero el segundo triunfa (p. 204-2008). Y vuelve al tema, siempre luminosamente, cuando nos advierte que las "disciplinas espirituales", tan beneficiosos, pronto uno mismo puede desviar su razón de ser hacia el legalismo (p. 220-224).

Leído en diciembre 2022.

MICHELÉN, Sugel. De parte de Dios y delante de Dios. Una guía de predicación expositiva. Nashville - Tennessee, B&H Español, 2016.


26 noviembre 2022

Aramburu por María O´Donnell


La lectura de la biografía de Perón y la guerra civil argentina de los setenta, escritos por Nicolás Márquez, se ve muy bien complementada por este libro que desarrolla el acto  público fundacional de los Montoneros.

Extraña obsesión de los argentinos beligerantes de aquellos días con los cadáveres y sus manos. Entre los varios casos que se apuntan, quién sabe si la profanación de las extremidades del general se debió a que durante su primer mandato había jurado cortarse las manos si pedía préstamos al extranjero. Tal vez, años después, un memorioso ayudó al cuerpo inerme cumplir la promesa.

Márquez advertía que la (mal) llamada década infame solo tenía de tal el nombre porque fue una época (anterior al primer Perón) de crecimiento económico. Ya trasladado a los setenta (durante el segundo Perón), O´Donnell también lo destaca:

«Esa efervescencia de las fuerzas de izquierda no se daba en el contexto de una crisis económica: aunque a la distancia suene curioso, se produjo al cabo de una década de crecimiento sostenido.  Según el sociólogo Daniel Schteingart, aquella Argentina atravesada por la violencia política mostraba indicadores de relativo bienestar. Había movilidad ascendente, el poder adquisitivo de los trabajadores subía, la pobreza alcanzaba al 11% de la población, la más baja de la que se tenga registro. El país no exportaba solo materias primas: el 25% de lo que le vendía al mundo eran manufacturas. Hasta 1975, cuando la tendencia comenzó a revertirse, existía un desarrollo no demasiado distante de algunos países europeos. Pero el crecimiento capitalista en democracia no era suficiente para los jóvenes que querían la revolución socialista, y la veían a la vuelta de la esquina.»

Discrepan en algunos enfoques. Por ejemplo, respecto a la Noche de los bastones largos, O´Donell la califica como represión brutal, en consonancia a la línea políticamente correcta. Para Márquez es una vulgar e insignificante toma de local universitario magnificado.

De alguna manera vuelven a coincidir respecto a la pintura bastante pobre de Perón.

En cambio, para Juan Bautista Yofre (a quien no he podido leer hasta ahora, pero me he vuelto asiduo a sus conferencias y entrevistas YouTube) Perón era un estadista. Sin embargo, el siguiente enlace es particularmente interesante. El Tata (que así es conocido el historiador argentino) resalta la virtud conciliatoria del segundo Perón. Por ejemplo, el abrazo público con Balbín (aunque Márquez señala con acierto que el mérito es del líder radical encarcelado más que del general cancerbero). Pero a la vez que pondera esa actitud nos dice, sin darse cuenta de la contradicción, que a Cámpora (su elegido) no le dirigía la palabra, inclusive en un almuerzo de tres personas. ¿Así se resuelven los temas políticos? Supuestamente, esta forma de humillación era porque estaba molesta con él. Posiblemente, pero me da la impresión que, adicionalmente, ello le servía para expresa su distanciamiento de los Montoneros sin tener que decirlo a fin de no romper con ellos (después de todo, todavía los necesitaba para ganar las elecciones presidenciales de su tercer mandato).

https://www.youtube.com/watch?v=7hTkeLJqCdg

O´Donnell, María. Aramburu. Editorial Planeta, 2020.