09 mayo 2010

Otelo

No he leído Romeo y Julieta, la obra que siempre se recomienda para iniciarse en Shakespeare. En todo caso, sí puedo asegurarles que Otelo puede muy bien cumplir esa función.


A escondidas, Desdémona se encuentra con Otelo. El padre de la joven los descubre, pero la sangre no llega al río porque el moro expresa sus honorables intenciones. El padre no ve más remedio que aceptar la relación, no sin antes decir lo siguiente:
"Vela por ella, moro, si tienes ojos para ver. Ha engañado a su padre y puede engañarte a ti."
Imperceptiblemente, acaba de revelarse la razón de la catástrofe, la cual será muy bien aprovechada por Yago, uno de los personajes más luciferinos de la literatura universal, quien a partir de ese momento, poco a poco, va tomando posesión del drama.

Cuando se quiera saber cómo actuaron Fouché, Montesinos y los demás asesores, será importante estudiar a Yago.

Leído en Enero de 1990.

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