Desde que la leí, a mediados de los ochenta (siglo XX) se convirtió en uno de mis libros favoritos. Seguramente tendría dieciocho o veinte años. Todavía conservo la edición Plaza & Janés S.A., serie Rotativa, 1971, en la excelente traducción de E. Piñas. Para valorar su trabajo, basta citar el capítulo III, p. 69 (casi llegando al capítulo IV):
"A las ocho, cuando las oscuras avenidas de los Forties estaban llenas de temblorosos taxis, alineados de cinco en fondo, rumbo al distrito teatral, sentía que mi corazón naufragaba. En el interior de los taxis se veían confusas siluetas tiernamente abrazadas, sonaban ráfagas de armoniosas canciones, estallaban risas provocadas por ininteligibles chistes, o brillaban las móviles brasas de los cigarrillos dibujando extraños jeroglíficos. Imaginando que también yo me precipitaba hacia la alegría y compartía si íntima excitación, les expresaba interiormente mis mejores deseos."
Esta misma escena, traducida por Justo Navarro para editorial Anagrama (2011), queda así:
"A las ocho, otra vez, cuando la calzada en penumbra de las calles Cuarenta se llenaba de la agitación de los taxis, en filas de cinco, que iban a la zona de los teatros, sentía una opresión en el corazón. Se unían las siluetas en el interior de los taxis a la espera de reemprender la marcha, cantaban las voces, chistes que yo no oía provocaban risas, y cigarrillos encendidos trazaban ininteligibles espirales. Imaginando que yo también corría hacia la alegría y compartía su entusiasmo más íntimo, les deseaba lo mejor."
El texto original dice:
"Again at eight o'clock, when the dark lanes of the Forties were five deep with throbbing taxi−cabs, bound for the theatre district, I felt a sinking in my heart. Forms leaned together in the taxis as they waited, and voices sang, and there was laughter from unheard jokes, and lighted cigarettes outlined unintelligible 70 gestures inside. Imagining that I, too, was hurrying toward gayety and sharing their intimate excitement, I wished them well."
En alguna parte leí que Fitzgerald consideraba una debilidad de la novela no haber desarrollado el ascenso económico de Gatsby. Seguramente ello le hubiera tomado por lo menos un capítulo más. Pero hubiera sido absolutamente innecesario.