17 mayo 2014

Calígula

El dramaturgo Camus no me había convencido hasta ahora. Me decepcionó Los endemoniados, y Estado de sitio se me caía de las manos (no lo acabé, aunque me prometí retomarlo algún día). Pero la reciente reposición de Calígula a cargo de Ópalo Asociación Cultural, con Marcello Rivera en el papel principal y Sofía Rocha como Cesonia, me animó a regresar a sus dramas, y ha sido todo una decisión feliz.

Leo que en 1945, año de su estreno, fue criticada de filosófica (un hombre que decide buscar lo imposible; que asume el rol del destino, arrinconando a los demás hasta generar sus rebelión; que lo desespera lo efímero de la felicidad y el dolor). Es filosófica, por supuesto, pero lo es dentro de la vitalidad y el color de las escenas.

El hecho de conocer el trabajo actoral de Rivera y Rocha en obras anteriores, y tener simpatía por su siempre eficaz desempeño, hizo que durante la lectura sus rostros fueron los de los personajes y me los imaginé actuando y los aplaudí de pie (tanto, que no sé si vaya a ver la propuesta de Jorge Villanueva, aunque, seguramente, la curiosidad terminará ganándome).

CAMUS, Albert. Teatro (El malentendido Calígula, Estado de sitio, Los justos). Editorial Losada, Buenos Aires, 1955 (tercera edición), Pág. 262.

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