25 diciembre 2010

La tregua

Acabo de terminarla y no recuerdo haber leído nada tan conmovedor desde hace mucho tiempo.

De otro lado, me deja sorprendido la maestría del uruguayo para ilustrar un mundo gris y monótono, que sin embargo ejerce sobre el lector una firme atracción, pero no con la angustía de El Proceso o el pesimismo de Conversación en La Catedral, sino con una historia de amor tan sencilla como sincera. En ningún momento se afloja el texto.

La introducción preparada por Sylvia Lago recoge las palabras del autor: "De mis (...) novelas, la única que tiene una estructura clásica es La tregua. Una vez que se adopta el esquema de ´diario´ es virtualmente imposible salirse de ciertos carriles tradicionales, ya que los diarios íntimos no suelen ser experimentales ni vanguardistas".

Cierto. Sin embargo, dado que la obra fue escrita en 1960, es interesante que en ciertas ocasiones las conversaciones no se separen con guiones y a veces inclusive sin mencionar al emisor, de manera tal que en una misma línea, apenas separadas por corchetes («») y comas (,), se suceden las expresiones, quedando a criterio del lector determinar al interlocutor (aunque sólo se trate de dos personas conversando). ¿Es eso un antecedente de lo que Mario Vargas Llosa utilizará en La Casa Verde (1965) y llevará al paroxismo en Los cachorros (1967)?

Finalmente, me alegra no haber leído La tregua sino hasta ahora, a los 45 años, edad tan próxima a la de Martín Santomé, personaje principal del libro. La persona que me lo regaló, precisamente con motivo de mi cumpleaños, me preguntó hace unos días: Sabes por qué te lo he regalado, ¿no?

Benedetti, Mario. La tregua. Booket, Buenos Aires, 2007, páginas 223.

1 comentario:

  1. Nadie es el mismo después de leer "La tregua". Alguien me dijo respecto a tan conmovedor libro: la vida grisácea se llena de color cuando llega el amor.
    Ya disfrutará de sus re-lecturas y se emocionará como la primera vez...de eso no tengo duda.

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