22 diciembre 2013

El héroe discreto

Si en las últimas novelas la Historia (sí, con H mayúscula) atravesaba sus textos (pensemos en El Paraíso en la otra esquina, La fiesta del Chivo, El sueño del celta y, de manera tangencial, Travesuras de la niña mala), pareciera que en El héroe discreto MVLL propuso como base las noticias amarillas y policiales que de cuando en cuando acaparan el interés nacional.

¿Recuerdan hace algunos años la noticia del nonagenario que se casó con su ama de llaves, despertando la guerra mediática de los dos hijos que alegaban aprovechamiento de su demencia senil para quedarse con la fortuna familiar?

Mientras leía la novela otra noticia copó los titulares, la del hijo que había planeado atentar contra su padre hotelero (la experiencia de leer en la novela lo que sucedía paralelamente en la realidad ya me había sucedido mientras leía La fiesta del Chivo en la parte que los hermanos del tirano muerto regresaban de improviso justo cuando Vladimiro Montesinos aterrizaba en Perú desencadenando su búsqueda encabezada por el propio presidente Fujimori).

Aunque en la nueva novela MVLL utilice historias paralelas y técnicas de cambio de tiempo y lugar, lo cierto es que El héroe discreto se lee de manera muy amena, sin baches ni exigir mucho al lector.

El autor ha dicho que es su novela más optimista, básicamente porque retrata el despegue económico, pero sin dejar de anotar los contrastes sociales.

Particularmente, al inicio me entusiasmó mucho la línea argumental dedicada a Edilberto Torres. Lamentablemente solo quedó ahí. Por ejemplo, no termina de convencer cuando la psicóloga sentencia que dicho señor existe y no es un desvarío mental de Fonchito. ¿Puede un profesional dar tal seguridad sin pruebas físicas? Si bien ello le sirve a la novela para crear cierta ambigüedad, parece un recurso muy básico, como cuando el padre O´Donovan elude por varios días en reporte de la entrevista con Fonchito creando una expectativa desproporcionada frente a los resultados. La irracionalidad pareciera no ser el fuerte de MVLL.

Fuera de ello, todas las demás líneas argumentales atrapan al lector y crean personajes entrañables, como el de Felícito Yanaqué, con quien uno no puede dejar de simpatizar, afianzando otros, como el de don Rigoberto (que en cada obra nos cae mejor), en diciembre 2013.

Vargas Llosa, Mario. El héroe discreto. Santillana S.A., Alfaguara, Lima, setiembre 2013, p. 383

1 comentario:

  1. Coincidimos en la apreciación de la irracionalidad como punto flojo en el D C. Vargas Llosa.

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