Muere un escritor. Sus papeles personales son publicados a manera de biografía. Los secretos más nefastos salen a relucir. La hija, indignada, toma un revólver, el cual se autodispara. Ese era un argumento que José Donoso escribió en uno de sus diarios. Lo cierto es que años después Pilar Donoso publicaría la biografía de su padre, sacando a relucir los secretos más nefastos, suicdándose poco después.
El morbo podría ser suficiente aliciente para acercarse a este libro, pero una vez en él habría que admirar la construcción de esta biografía (biografía íntima debiera ser llamado este género atroz). Los capítulos se suceden conforme a las ciudades donde José Donoso y familia han ido residiendo, descubriéndose, de manera dosificada, la vida del escritor chileno, sus virtudes y miserias, expuestas como si una cámara los estuviera siguiendo sin pudor. No estoy tan seguro que la biografía se encuentra dirigida al proceso creador (si bien algo hay de eso).
José Donoso sabía a lo que se exponía. Escribir diarios íntimos y preservarlos es arriesgarse a ser desnudado públicamente. Otras de las fuentes de la autora, además de los recuerdos, fue el diario de su madre, y, por supuesto, la obra literaria de su padre adoptivo.
Me estremezco pensando que la vida de cualquiera de nosotros, a esos níveles íntimos, pueda ser objeto de lectura. José Donoso se registra hablando bien de algunas personas y, días después, haciendo exactamente lo contrario, para luego reivindicarlo (algunas veces autoinculpándose). Una de las pocas personas sobre la cual existe una línea sin altibajos es Mario Vargas Llosa. La biógrafa nos dice que en Barcelona (1969 - 1971) la amistad de ambos escritores se hace fuerte, se admiran mutuamente. "Gabriel García Márquez también vive en Barcelona, pero mi padre, un poco celoso, creo yo, lo encuentra parco, menos humano y amistoso que Mario" (p. 102). En este caso la visión de ambos premios Nobel se mantendrá en el tiempo. Para 1979 el escritor chileno anota en su diario: "En Moscú, García Márquez -uno nuevo, distinto, difícil, difícil de otra manera, menos simpático que el difícil Gabo de antes-" (p. 228). ¿Qué extraño? Se me ocurre pensar que tal vez García Márquez advirtió ese secreto nefasto que tanto temió Donoso.
Para sus setenta años fue objeto de múltiples homenajes en su país, cometiendo varios desatinos, alguno de los cuales terminaron excluyéndolo de los círculos oficiales o granjeándole enemistades gratuitas. Y sin embargo, aquellos desatinos solo revelaban a un hombre en esencia tímido, no preparado para la admiración de otros.
En el balance final, José Donoso solo puede ser considerado un hombre bueno, amable, refinado, sometido a su amor a la literatura.
De José Donoso leí Historia personal del boom, y espero pronto leer El obsceno pájaro de la noche. Es lo menos que puedo hacer después de haber invadido su privacidad.
Donoso, Pilar. Correr el tupido velo. Alfaguara, Santiago de Chile, 2010 (tercera edición), 440 páginas.
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